21 de abril de 2015

1. Cambios en la familia

LA FAMILIA

El concepto de familia que existe hoy en día causaría un enorme revuelo años atrás. La familia, como tantas cosas cotidianas, ha sido sometida a los cambios de la sociedad. No podemos hablar del mismo concepto hace 50 años, que en la actualidad, pues sufre día a día cambios significativos.

Antiguamente, el concepto de familia correspondía  a un conjunto formado por un padre, una madre y los hijos correspondientes. Esto era considerado, y sigue siendo considerado por muchos lo “normal”. A ello se le podían sumar miembros consanguíneos como abuelos, primos, cuñados, etc. Pero concretamente se reduce a los miembros que normalmente viven en una misma residencia.

No es raro seguir observando en instituciones relevantes que no quieren que este concepto evolucione, es más, se empeñan en que no avance. Si los tiempos cambian, la familia cambia con ellos, aunque algunos no lo quieran reconocer.

Volviendo a ese único concepto papa-mama-hijos, se adoptaban unos roles que se desempeñaban en todas las familias. El padre salía de casa y era el que aportaba el capital necesario para el sustento de la familia; ya trabajara en una oficina como en el campo, era el encargado de llevar el dinero a casa. La madre se dedicaba expresamente a la casa; cuidaba de sus hijos, llevaba a cabo las tareas del hogar, etc. Solo en algunas ocasiones la mujer trabajaba fuera de casa, normalmente en oficios de trato directo con las personas, más emocionales (enfermeras, maestras,…). En la antigüedad, tenía mayor prestigio una mujer que vivía de su marido, que una mujer independiente y trabajadora.

No obstante, cuando una pareja pasaba por el matrimonio (algo prácticamente institucionalizado) normalmente por la Iglesia, era para toda la vida, de hecho, cuando una persona se separaba era mal visto por la sociedad, no se aceptaba como en la actualidad. Los divorcios, adulterios, madres solteras, etc., eran altamente criticados.

Junto a todo esto, cabe destacar la principal interventora que había en España, la Iglesia Católica. Hacía y deshacía a su antojo, prácticamente toda la población española eran practicantes de esta doctrina, por lo cual seguían sus modelos, creencias y actuaban conforme a sus decisiones. La sociedad vivía con miedo a las represiones y castigos, por lo cual preferían nadar en dirección correcta, no se salían de lo común.

Dentro de la educación, condicionada por la familia,  la Iglesia también estaba presente en todo momento, pues las niñas y los niños estudiaban en centros distintos y por lo tanto había una separación de sexos. Además, no eran educados de la misma forma.

 Al inicio de la creación de la escuela, las mujeres se vieron excluidas, ya que su futuro se basaba en ser madres y esposas. Las pocas que eran llevadas a la escuela aprendían buenas costumbres y disciplina. Ya en el siglo XIX crece la escolarización femenina, aunque las escuelas seguían  separadas por sexos. Pero es en el siglo XX cuando se unifica la escuela, se hace pública y gratuita. Dentro de los campos mayoritarios estudiados por mujeres en la universidad, eran la salud y la educación, básicamente lo relacionado con las emociones personales. Las familias, simplemente aceptaban la educación que en el momento recibían sus hijas, además veían bien que se les enseñara a ser amas de casa, aunque cuando las mujeres empezaron a estudiar no veían futuro, no tardaron en observar que las mujeres eran capaces de estudiar para trabajar igual que los hombres.

Sin embargo a los hombres, se les enseñaba desde muy pequeños materias clave como las ciencias, matemáticas, tecnología, etc. Pues de ellos se esperaba que fueran los cabeza de familia y que fueran los que debían llevar el sustento a casa. Además todos eran educados militarmente para servir a la nación, ya que era el hombre el ser fuerte y dominante en la sociedad antigua. Las familias, tenían una fuerte preferencia por los estudios de los niños y en ocasiones, se prefería que las niñas trabajaran de pequeñas y que los niños siguieran estudiando, porque se creía que sería de mayor provecho. No obstante, se observó que esto era un gran error.

Actualmente, sin embargo, no podemos decir que el concepto de familia no ha cambiado, es más, ha sufrido innumerables cambios, que éticamente han mejorado el concepto. Sigue habiendo mentes demasiado cerradas, pero por fortuna, somos más humanos y directamente las familias enseñan a sus hijos a vivir con los constantes cambios de la sociedad.

Hoy en día, la sociedad no se rige por un modelo básicamente único, sino que cada individuo constituye su vida, su familia propia. Dejan atrás los ideales, toman sus propias decisiones, eligen su formación, sus estudios, su trabajo, su forma de vivir, sus estructuras sociales y su manera de crear una familia. Por lo tanto, son mucho más libres de lo que eran en la antigüedad. Y si la libertad es el principio de la felicidad, actualmente la sociedad es mucho más feliz que antes. Los niños nacen en familias distintas a las antiguas, con  dos mamás, dos papás, solo una mamá, solo un papá, etc. Aprenden a vivir así, y en consecuencia son mucho más tolerantes, porque para ellos es normal.

Se ha creado la idea individualista. Ya no preocupa tanto el pensamiento colectivo, sino que pensamos personalmente y por los propios intereses. Deja de ser el pensamiento principal tener una pareja y una familia, acompañado de bienes materiales. Nace la importancia de un futuro profesional individual y se sitúa en el primer puesto.
Todo está bastante ligado a la abundante incorporación de la mujer al mundo laboral, esto ha favorecido enormemente a sus relaciones sociales ya que antiguamente solo se relacionaba de una manera más familiar, por lo tanto no tenía tanta libertad. Además esta incorporación de la mujer al mundo laboral provoca que las tareas domésticas y el cuidado de los niños recaigan no solo en la mujer, sino que se reparte entre los dos componentes de la pareja.

Por consiguiente, en las últimas décadas se dan innumerables nuevos fenómenos como el divorcio, las uniones consensuales, la transmisión de apellido, la reproducción asistida, las adopciones, o últimamente los regímenes de custodia compartida, lo cual ha modificado el concepto de familia enormemente.

Observamos que las relaciones entre padres/madres hijos, ya no es tan autoritaria como solía ser años atrás. Nace el concepto de familia democrática, en la que los hijos pueden mostrarse con una opinión contradictoria a los padres. Y esta opinión no tiene por qué tener una connotación negativa, sino que puede ser constructiva. Los hijos aportan otro punto de vista, con el fin de mejorar la relación, toma de decisiones, etc. Esto no quiere decir que los padres pierdan autoridad, sino que pueden tener una visión más amplia de los sentimientos de sus hijos. Esto hará de los hijos, unas personas seguras, ya que se sienten escuchados y sienten confianza hacia sus padres. Es un modo de hacer que todos los miembros de una familia tengan derecho de opinión, dentro de unos límites establecidos por los padres, pero teniendo un papel importante.

Tan alta es la influencia de la familia en el niño que estos observan minuciosamente a sus antecesores para tener un modelo a seguir o un modelo al que no seguir. Esto quiere decir que los padres siempre son el punto de referencia para los hijos. Un niño observará comportamientos positivos en sus padres que intentará igualar o superar, mientras que los negativos los intentará reducir o anular. “La familia es el castillo del que partimos y nuestro último reducto. Cuando se quiebra, caemos en la despersonalización más absoluta.” [1]

Pues en los centros educativos, todos serán educados por igual pero es la familia quien marca la diferencia, quien afronta los problemas de una manera más personalizada. Es la encargada de dar unos valores éticos, morales y sociales que se reflejarán en el comportamiento de sus hijos para afrontar el futuro. Y además, es un acierto por parte de los progenitores adaptarse a la sociedad del momento, para poder dar una educación de calidad a sus hijos. Pues poder adaptarse a las situaciones, dice mucho tanto de las familias como de sus hijos, un buen método no es tener los hijos que una familia desee, sino los hijos que una familia pueda educar.

Para entender todos estos factores es importante ver la evolución que ha sufrido la familia, y con ello los diferentes tipos que hay de ella, según sus componentes:
  • Familia nuclear o tradicional: formada por la madre, el padre y su descendencia.
  • Familia extensa: formada por parientes cuyas relaciones no son únicamente entre padres e hijos. Puede incluir abuelos, tíos, primos y parientes consanguíneos o afines.
  • Familia monoparental: en la que el hijo o hijos viven sólo con uno de sus padres.
  • Familia ensamblada: es la que está compuesta por agregados de dos o más familias (ejemplo: madre sola con sus hijos se junta con padre viudo con sus hijos.
  • Familia homoparental: aquella donde una pareja de hombres o de mujeres se convierten en progenitores de uno o más niños. Las parejas homoparentales pueden ser padres o madres a través de la adopción, de la maternidad subrogada o de la inseminación artificial en el caso de las mujeres. También se consideran familias homoparentales aquellas en las que uno de los dos miembros tienen hijos de forma natural de una relación anterior.



[1] (José L. Alonso de Santos, 1942)


REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:
·        ALBERDI, I. (1999) La nueva familia española. Madrid: Editorial Taurus.
·        IGLESIAS DE USSEL, J.; TRINIDAD REQUENA, A. (2005) Una introducción a la sociología general. Madrid: Editorial Tecnos.
·        MINUCHIN, S. (1992). Técnicas de Terapia Familiar. Paidós, Barcelona.
·        GINER, S. (1996). Sociología. Ediciones Península, Barcelona.
     ·        GIDDENS, A. (1981). Sociología. Editorial Alianza, Madrid. 


Lucía Torralba
Clara Urango

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