LA FAMILIA
El concepto de familia que existe hoy en día causaría un
enorme revuelo años atrás. La familia, como tantas cosas cotidianas, ha sido
sometida a los cambios de la sociedad. No podemos hablar del mismo concepto
hace 50 años, que en la actualidad, pues sufre día a día cambios
significativos.
Antiguamente, el concepto de familia correspondía a un conjunto formado por un padre, una madre
y los hijos correspondientes. Esto era considerado, y sigue siendo considerado
por muchos lo “normal”. A ello se le podían sumar miembros consanguíneos como
abuelos, primos, cuñados, etc. Pero concretamente se reduce a los miembros que
normalmente viven en una misma residencia.
No es raro seguir observando en instituciones relevantes que
no quieren que este concepto evolucione, es más, se empeñan en que no avance.
Si los tiempos cambian, la familia cambia con ellos, aunque algunos no lo
quieran reconocer.
Volviendo a ese único concepto papa-mama-hijos, se adoptaban
unos roles que se desempeñaban en todas las familias. El padre salía de casa y
era el que aportaba el capital necesario para el sustento de la familia; ya
trabajara en una oficina como en el campo, era el encargado de llevar el dinero
a casa. La madre se dedicaba expresamente a la casa; cuidaba de sus hijos,
llevaba a cabo las tareas del hogar, etc. Solo en algunas ocasiones la mujer
trabajaba fuera de casa, normalmente en oficios de trato directo con las
personas, más emocionales (enfermeras, maestras,…). En la antigüedad, tenía
mayor prestigio una mujer que vivía de su marido, que una mujer independiente y
trabajadora.
No obstante, cuando una pareja pasaba por el matrimonio (algo
prácticamente institucionalizado) normalmente por la Iglesia, era para toda la
vida, de hecho, cuando una persona se separaba era mal visto por la sociedad,
no se aceptaba como en la actualidad. Los divorcios, adulterios, madres
solteras, etc., eran altamente criticados.
Junto a todo esto, cabe destacar la principal interventora
que había en España, la Iglesia Católica. Hacía y deshacía a su antojo,
prácticamente toda la población española eran practicantes de esta doctrina,
por lo cual seguían sus modelos, creencias y actuaban conforme a sus
decisiones. La sociedad vivía con miedo a las represiones y castigos, por lo
cual preferían nadar en dirección correcta, no se salían de lo común.
Dentro de la educación, condicionada por la familia, la Iglesia también estaba presente en todo
momento, pues las niñas y los niños estudiaban en centros distintos y por lo
tanto había una separación de sexos. Además, no eran educados de la misma
forma.
Al inicio de la
creación de la escuela, las mujeres se vieron excluidas, ya que su futuro se
basaba en ser madres y esposas. Las pocas que eran llevadas a la escuela
aprendían buenas costumbres y disciplina. Ya en el siglo XIX crece la
escolarización femenina, aunque las escuelas seguían separadas por sexos. Pero es en el siglo XX
cuando se unifica la escuela, se hace pública y gratuita. Dentro de los campos
mayoritarios estudiados por mujeres en la universidad, eran la salud y la
educación, básicamente lo relacionado con las emociones personales. Las
familias, simplemente aceptaban la educación que en el momento recibían sus
hijas, además veían bien que se les enseñara a ser amas de casa, aunque cuando
las mujeres empezaron a estudiar no veían futuro, no tardaron en observar que
las mujeres eran capaces de estudiar para trabajar igual que los hombres.
Sin embargo a los hombres, se les enseñaba desde muy pequeños
materias clave como las ciencias, matemáticas, tecnología, etc. Pues de ellos
se esperaba que fueran los cabeza de familia y que fueran los que debían llevar
el sustento a casa. Además todos eran educados militarmente para servir a la
nación, ya que era el hombre el ser fuerte y dominante en la sociedad antigua.
Las familias, tenían una fuerte preferencia por los estudios de los niños y en
ocasiones, se prefería que las niñas trabajaran de pequeñas y que los niños
siguieran estudiando, porque se creía que sería de mayor provecho. No obstante,
se observó que esto era un gran error.
Actualmente, sin embargo, no podemos decir que el concepto de
familia no ha cambiado, es más, ha sufrido innumerables cambios, que éticamente
han mejorado el concepto. Sigue habiendo mentes demasiado cerradas, pero por
fortuna, somos más humanos y directamente las familias enseñan a sus hijos a
vivir con los constantes cambios de la sociedad.
Hoy en día, la sociedad no se rige por un modelo básicamente
único, sino que cada individuo constituye su vida, su familia propia. Dejan atrás
los ideales, toman sus propias decisiones, eligen su formación, sus estudios,
su trabajo, su forma de vivir, sus estructuras sociales y su manera de crear
una familia. Por lo tanto, son mucho más libres de lo que eran en la
antigüedad. Y si la libertad es el principio de la felicidad, actualmente la
sociedad es mucho más feliz que antes. Los niños nacen en familias distintas a
las antiguas, con dos mamás, dos papás,
solo una mamá, solo un papá, etc. Aprenden a vivir así, y en consecuencia son
mucho más tolerantes, porque para ellos es normal.
Se ha creado la idea
individualista. Ya no preocupa tanto el pensamiento colectivo, sino que
pensamos personalmente y por los propios intereses. Deja de ser el pensamiento
principal tener una pareja y una familia, acompañado de bienes materiales. Nace
la importancia de un futuro profesional individual y se sitúa en el primer
puesto.
Todo está bastante ligado a la abundante incorporación de la
mujer al mundo laboral, esto ha favorecido enormemente a sus relaciones sociales
ya que antiguamente solo se relacionaba de una manera más familiar, por lo
tanto no tenía tanta libertad. Además esta incorporación de la mujer al mundo
laboral provoca que las tareas domésticas y el cuidado de los niños recaigan no
solo en la mujer, sino que se reparte entre los dos componentes de la pareja.
Por consiguiente, en las últimas décadas se dan innumerables
nuevos fenómenos como el divorcio, las uniones consensuales, la transmisión de
apellido, la reproducción asistida, las adopciones, o últimamente los regímenes
de custodia compartida, lo cual ha modificado el concepto de familia
enormemente.
Observamos que las relaciones entre padres/madres hijos, ya
no es tan autoritaria como solía ser años atrás. Nace el concepto de familia democrática, en la que los
hijos pueden mostrarse con una opinión contradictoria a los padres. Y esta
opinión no tiene por qué tener una connotación negativa, sino que puede ser
constructiva. Los hijos aportan otro punto de vista, con el fin de mejorar la
relación, toma de decisiones, etc. Esto no quiere decir que los padres pierdan
autoridad, sino que pueden tener una visión más amplia de los sentimientos de
sus hijos. Esto hará de los hijos, unas personas seguras, ya que se sienten
escuchados y sienten confianza hacia sus padres. Es un modo de hacer que todos
los miembros de una familia tengan derecho de opinión, dentro de unos límites
establecidos por los padres, pero teniendo un papel importante.
Tan alta es la influencia de la familia en el niño que estos
observan minuciosamente a sus antecesores para tener un modelo a seguir o un modelo al que no seguir. Esto quiere decir que
los padres siempre son el punto de referencia para los hijos. Un niño observará
comportamientos positivos en sus padres que intentará igualar o superar,
mientras que los negativos los intentará reducir o anular. “La familia es el castillo del que partimos y
nuestro último reducto. Cuando se quiebra, caemos en la despersonalización más
absoluta.” [1]
Pues en los centros educativos, todos serán educados por
igual pero es la familia quien marca la diferencia, quien afronta los problemas
de una manera más personalizada. Es la encargada de dar unos valores éticos,
morales y sociales que se reflejarán en el comportamiento de sus hijos para
afrontar el futuro. Y además, es un acierto por parte de los progenitores
adaptarse a la sociedad del momento, para poder dar una educación de calidad a
sus hijos. Pues poder adaptarse a las situaciones, dice mucho tanto de las
familias como de sus hijos, un buen método no es tener los hijos que una
familia desee, sino los hijos que una familia pueda educar.
Para entender todos estos factores es importante ver la
evolución que ha sufrido la familia, y con ello los diferentes tipos que hay de
ella, según sus componentes:
- Familia nuclear o tradicional: formada por la madre, el padre y su descendencia.
- Familia extensa: formada por parientes cuyas relaciones no son únicamente entre padres e hijos. Puede incluir abuelos, tíos, primos y parientes
consanguíneos o afines.
- Familia monoparental: en la que el hijo
o hijos viven sólo con uno de sus padres.
- Familia ensamblada: es
la que está compuesta por agregados de dos o más familias (ejemplo: madre
sola con sus hijos se junta con padre viudo con sus hijos.
- Familia homoparental: aquella donde una pareja de hombres o de mujeres se convierten en
progenitores de uno o más niños. Las parejas homoparentales pueden ser
padres o madres a través de la adopción, de la maternidad subrogada o de
la inseminación artificial en el caso de las mujeres. También se
consideran familias homoparentales aquellas en las que uno de los dos
miembros tienen hijos de forma natural de una relación anterior.
[1]
(José L. Alonso de Santos, 1942)
REFERENCIAS
BIBLIOGRÁFICAS:
·
ALBERDI, I. (1999) La nueva familia española. Madrid: Editorial Taurus.
·
IGLESIAS DE USSEL, J.; TRINIDAD REQUENA, A.
(2005) Una introducción a la sociología
general. Madrid: Editorial Tecnos.
·
MINUCHIN, S. (1992). Técnicas de Terapia Familiar. Paidós, Barcelona.
·
GINER, S. (1996). Sociología. Ediciones Península, Barcelona.
·
GIDDENS, A. (1981). Sociología. Editorial Alianza, Madrid.
Lucía Torralba
Clara Urango
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